CIENCIA HOY |
Volumen 11 - Nº 61-
Febrero/Marzo 2001 |
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Figura
4. Variación temporal de las densidades de la fauna de moluscos asociado al
biso del mejillón dorado, en el balneario Bagliardi. |
Uno de los trastornos que es capaz de ocasionar el
mejillón dorado, igual que el citado mejillón cebra, que provoca pérdidas
millonarias en Europa, Canadá y los Estados Unidos (en América del Norte
ocasionó pérdidas del orden de los 2 mil millones de dólares en 1999), es dañar
tomas y plantas potabilizadoras de agua, a cuyas construcciones sumergidas se
adhiere y en las que crece y se reproduce. Como consecuencia, se reduce el
diámetro y se obstruyen las tuberías (figura 2), disminuye la velocidad del
flujo de agua, se acumulan valvas vacías y se tapan filtros (figura 3). En la
bibliografía en inglés estos fenómenos se conocen como macrofouling
(comunidades incrustantes), algo que en Sudamérica era propio de los ambientes
marinos y estuariales e inexistente en el medio de agua dulce, hasta la
invasión del mejillón dorado.
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Otros trastornos asociados con la presencia del
bivalvo invasor son el rápido cambio de las comunidades de organismos que viven
en el fondo de los cuerpos de agua (llamados del bentos), así como el
desplazamiento de especies indígenas de moluscos. Por ejemplo, antes de la
llegada del mejillón dorado, eran comunes en el balneario Bagliardi tres
caracoles (o Gasterópodos): Heleobia piscium, Chilina fluminea y Gundlachia
concentrica (figura 4). Después de su aparición, la presencia de las dos
últimas especies es poco menos que accidental. Otra forma de desplazamiento de
especies de moluscos, es el provocado por el mejillón dorado cuando utiliza a
bivalvos nativos (figura 5) o no-nativos (figura 6), como sustrato de adhesión.
La llegada del bivalvo invasor ha tenido efectos
económicos los que pueden cuantificarse por el valor de los daños materiales
que ocasiona, más los costos de las tareas de prevención y control.
El problema de la contaminación por especies
(impacto que ocasiona la introducción, intencional o no, de una especie a un
ambiente, a diferencia de contaminación biológica la cual hace referencia al
impacto sanitario provocado por microorganismos) que ha suscitado la
introducción de este bivalvo, no solo merece observarse desde el punto de vista
de la alteración ambiental que produce, sino también a través de los daños
económicos vinculados a su proliferación.
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El objetivo al tratar este tipo de problema
ambiental, es lograr la conservación de la calidad de los cursos de agua
afectados por su presencia y esto no se logra de una manera sencilla. Como
ocurre con otros problemas de contaminación, el uso económicamente eficiente de
un recurso (como el agua) que involucre preservar su calidad ambiental, no se
alcanza dejando actuar a los mercados y a las señales que los mismos emiten al
cotizar el valor de estos recursos a través de los precios.
Los cursos de aguas superficiales presentan características económicas
especiales. Se los denomina bienes o recursos comunes. Estos se caracterizan
por ser de libre acceso, es decir, su uso no tiene ningún costo para quienes lo
utilizan, por lo tanto, no hay un precio de mercado. Esto determina que el
aprovechamiento eficiente de recursos naturales como ríos y lagos, así como la
conservación de su calidad ambiental, no se logre por medio del empleo de los
mecanismos del mercado. Existirá en estos casos una dificultad para decidir qué
cantidad de recursos económicos deben asignarse a la tarea de prevención y
control sobre el uso de estos recursos.
No entraremos aquí en el análisis de los varios caminos
posibles a tomar, porque ello va más allá del propósito de esta nota, no
obstante debe mencionarse que entre las herramientas de política que se emplean
a nivel global para tratar la contaminación de aguas superficiales, se
encuentran distintas medidas como: las regulaciones directas, los instrumentos
económicos y diferentes mecanismos de aplicación.
La política ambiental definida deberá ser la
apropiada al tipo de contaminación, así como a los diversos problemas
ambientales posibles en la cuenca del Plata, advirtiendo además que la
implementación efectiva de los instrumentos elegidos, debe contemplar los
potenciales conflictos surgidos por la escala del problema a tratar, es decir,
entre las distintas provincias y naciones involucradas.
“...los acuerdos del Mercosur y la falta de
conciencia por parte de la sociedad de las consecuencias de que proliferen
estas especies invasoras, hacen temer por el impacto que podrían sufrir el
ambiente natural y humano”. Así finalizaba ese primer artículo en Ciencia Hoy
(38:17-22, 1997). Es alarmante que ese mismo párrafo de alerta continúe vigente
hoy. De quién dependerá que, de publicar un tercer artículo en esta revista, no
debamos transcribir el párrafo final del relato “Casa tomada”.
Lecturas sugeridas
DARRIGRAN,
G, 1995, “Limnoperna fortunei: ¿Un problema para los sistemas naturales de agua
dulce del MERCOSUR?” Revista del MUSEO, 5:85-87, Fundación Museo de La Plata
(ed.), La Plata.
DARRIGRAN,
G., 1997, “Invasores en la Cuenca del Plata”. Ciencia Hoy, 38:17-22.
DARRIGRAN,
G., 1998, “Introducción de moluscos bivalvos invasores en el Río de la Plata”,
www.AmbienteEcologico, 43 febrero, Buenos Aires.